Comenzaré reseñando una película que hace poco tiempo vi y cuyo corte me ha fascinado. Esta se llama ‘caché’ (escondido) del director francés Michael Haneke.
No dando mucha exposición de la trama en sí, hablaré que habla de una persecución del real y del imaginario a partir de los estados de omisión, culpa y abandono. Está situada entre el terror y el suspenso partiendo de una línea constante de incertidumbre que instaurando al espectador en un esquema de perversa tensión. Aparece una característica del cine francés que se ha manejado de 20 años a la fecha, y que ya se avecinaba desde la época surreal. Y es que la catarsis y anagnórisis aparece diluida al final del film, todo esto bajo una necesaria re y deconstrucción de los hechos presentados en forma aislada.
Una persecución anónima que da letargo a los propios olvidos, e indiferencia a las proximidades del mundo. Visiones críticas del capitalismo, más aún, de la revisión intelectual de la posmodernidad, tanto como una profunda meditación en torno a la existencia y a las acciones frente al sentimiento de culpa de la cultura.
El esquema de lo siniestro es parecido al que plantea Sigmund Freud, del sujeto histérica cuyo confrontamiento es interno y se evade. Da el mecanismo de defensa más atinado de la cultura: la negación. Lo que se vuelve un complemento de la visión estética de la obra, bajo el esquema de la omisión: es decir, sembrada en la estética contemporánea de la percepción. Aquí, los patrones serán asociados por nuestra subjetividad para reconstruir el mensaje de excentricidad y perversión.
El juego se vuelve tanto más perverso cuánto más atribuyas meditación psicológica. Existe toda una escala de juego mental en el que el espectador necesita estar al margen de los símbolos y los acontecimientos que paulatinamente se van mostrando, para poder dar totalidad a la escena. Otro elemento importante que profundizará en el esquema existencial es la tendencia minimalista: la música y la imagen tendrá una austeridad que sofoca, que tensa y en lo que respecta a la idea general, contribuye al mensaje-mito introducido en la obra.
En lo personal, eso es lo que hace del film algo espectacular, pues da una revelación más interesante cuando accedes a ella a través de la escala psíquica. En tanto, uno pierde la estructura del drama -pues el final no está obviado- siendo abierto- especulativo: llevado por la razón. Ha sido lo que necesitaba, pues me encontraba tan harta me sentía en estos días por las películas predecibles, tan características de la gran industria, que este film me ha llevado a la necesidad.
No es apta para fanáticos del cine Holiwoodense.
absolutamente cierto. No apta para pochocleros digo yo.
ResponderEliminarCache me provocó que convocase espectadores a la salida que causal casualmente nos agrupamos a intentar intuir su final.
Algo parecido a lo que me ocurrió con La piscine de François Ozon.